miércoles, abril 05, 2006

Desahogandome

Apareciste de nuevo, tumbando con tu presencia, todo promesa que me hice de que sería más fuerte esta vez, de que esta vez no me ilusionaría, de que no volvería a tener lágrimas. Pero no fue así, en esta ocasión no fueron necesarios los meses de plática en el yahoo, los mensajes en el celular, ni el compartir el camino con una plática en el celular, ni las idas al cine abrazados esperando el final para besarnos, ni las horas de plática en el auto. Sólo fue necesario un hola y un abrazo, para darme cuenta que nunca te habías ido de mi mente y de mi corazón.

Ha pasado el tiempo de el reencuentro y heme en el mismo lugar, aquel en que me quede, después de que te fuiste, aquel de que no quise avanzar pensando que te podrías dar cuenta de que mis ojos, sólo veían hacia ti, que mis manos buscaban las tuyas, que mi nariz sólo reconocía tu olor y que mis labios tenían muchos te quieros guardados. Te quieros que mis oídos llegaron a oir que mis ojos llegaron a leer, pero que por venir de la fuente no deseada; sólo vieron formas y sonidos que no pudieron identificar ni sentir, porque ellos sólo los esperaban de ti.Porque se quedaron esperando que te dieras cuenta de todo lo que te querian decir: te quiero… no te vayas nunca.

Te quiero como nunca he querido a alguien y no porque a cada persona se le quiere diferente, si no porque nadie habia logrado despertar en mi toda esta mezcla de sentimientos que tú despiertas en mi. Que van desde admiración, cariño, respeto, pasión, emoción, alegría con sólo verte, amor, ganas de apapacharte, de oirte, de sentrte de nunca soltarte. De tartar de llenarte con colores, formas y olores que nunca olvides y que siempre te recuerden a mi, para que encuentres el camino de regreso a mis brazos.

Una vez te solté tantito y llegó alguien de quien te abrazaste; esa que ahora, junto a ella, me siento tan desarmada para pedirte espacio en tu vida, en tu corazón, en tu mente. Porque sé que ella SI ESTUVO, en toda la extensión de la palabra en tu mente, en tu corazón y en tu vida. Que ella si tiene hartas cosas que compartir contigo. Que siempre despertará en mi el miedo a que regreses a su lado; porque no sé porque ella no está contigo, así como no entiendo como un miedo maldito a no ser lo que buscabas logró que te soltara.

Pensé escribirte esto, pero preferi mejor escribirlo y dejarlo aqui, desahogarme en palabras y lágrimas, antes que sepas que te sigo queriendo; porque sé que tu vida ahora es un tanto complicada. Porque sé que en unos días te iras a un vaije largo del cual espero que cuando regreses, yo haya logado avanzar, haya logrado ser más fuerte y que mi promesas se mantengan firmes y que mis lágrimas sean una constante ausencia.

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